sábado, 30 de agosto de 2008

Peino mi tiempo con esos peines gruesos de dientes separados juntando ruidos y olores. En la radio hay canciones que no excitan ni a un solo cuerpo. La apago. Pedacitos de moco se deslizan por los agujeritos de mi nariz. Mi nariz es un tobogán verde, y sí, ¿de qué otro color va a ser? Los pedacitos caen sin que yo intervenga con la yema de mis dedos. La nariz queda vacía, mejor. Hay olor a mi nacimiento. ¿Cómo nací? ¿Ayudé o dolí? ¿Grité? ¿Lloré? ¿Usé más la boca que los ojos para llorar? ¿Me comí mis primeras lágrimas o me las secaron antes? ¿Alguien pidió alzarme primero? ¿Quién fue? ¿Pesaba poco? ¿Me hice amigos cuando estaba en la incubadora? ¿Cómo se llamaban? Alguien dijo que los otros y yo no éramos bebés en incubadoras, éramos alaridos en frascos. Si pregunto todo esto es porque yo estaba naciendo, no me presencié naciendo.
Cada tipo de espera tiene un tipo de olor. Por ejemplo, esperar la muerte tiene olor a huevo podrido, o a queso vencido. Esperar para un trámite tiene olor a mal aliento. Esperar a un amante tiene olor a chocolate. Lo mismo con esperar el tren, tiene un olor, especial, no sè cual pero un olor. Mi Mirada agujerea: soy una Agujereadora. Me ensucio los labios con palabras desinfectantes: practico la Lavandina Verbal.
Si alguien lee esto va a pensar que estoy loca: Los semáforos me dicen cosas por eso yo no cruzo. Amenazas vestidas de piropos o insultos en bellas cáscaras. “Cruzá bombón. Nadie te va a pisar, linda. Yo te cuido. Yo te miro. Ahora los autos que esperen” ¡Minga! Los semáforos mienten. Traicioneros. Yo no cruzo nada.
En realidad la que miente soy yo, los semáforos no hablan. Los semáforos son de a ratos verdes, de ratos rojos y de a ratos amarillos. Son como yo, ciclotímicos, nada más.

martes, 12 de agosto de 2008

Ya llamaste, te dijeron que ya salió. Pero no llega. Seguro que la motito del delivery de abrazos se quedó a mitad de camino y perdió el papelito con tu dirección. Qué feo es hundir la mano para encontrar otra mano y no encontrar nada. La cara llorada no se te seca más y te van a preguntar ¿estuviste llorando? Y vas a contestar no no, nada que ver, alergia es.