En la vidriera estamos todos, posando en puntas de pie, fingiendo una altura que no tenemos, sosteniendo la sonrisa hasta acalambrarnos toda la cara, para que los que hacen compras nos señalen con el dedo, nos tiren en el changuito y nos lleven. Eso quiere decir que nos eligieron. Y cuando estemos en la caja con otros productos vamos a descubrir cuánto valemos. Si somos caros o baratos. Qué feo.
3 comentarios:
Si se extrañarán los abrazos...
a mi me entristece no ser mas el abrazo oficial de ella
Pelopincha nos daremos abrazos... pero no oficiales...van a ser mas bien hippies o ladrones de persianas... Le dejo un saludin
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