domingo, 7 de junio de 2009

mis latidos
buscaban ofertas en un supermercado
silbaban, tocaban manzanas,
querían llevarse las que no estaban blanditas,

silbaban
miraban fechas de vencimientos,
sacaban cuentas de calorías, silbaban

en eso
entró mi corazón a los gritos
empujó al personal de seguridad
arriba las manos dijo
esto es un infarto,

mi corazón repitió
esto es un infarto carajo

mis latidos soltaron su changuito del susto

y mi corazón los tomó de rehenes

las cajeras se taparon los ojos
algunas con queso untable, otras
con el código de barras que más cerca tenían
como si tapándose los ojos
lograran no escuchar
el infarto

siempre soñé con estar en una toma de rehenes
que me apunten durante horas
y que antes de dispararme
me vengan a rescatar

y luego estar violada durante dos días seguidos
por micrófonos de la prensa
y contar y exagerar y volver a contar
mi condición de pobre rehén

es que siempre sueño con ser la rescatada de algo.

ya no lato más.
mi corazón les disparó a cada uno de mis latidos
entre las góndolas de los lácteos
dicen que
se arrastraron hasta el pasillo de las frutas
hasta que quedaron inmóviles,
cerca del sector de manzanas,
cerca de las que habían tocado,
porque querían llevarse las que no estaban blanditas.


las cajeras no sufrieron heridas
hoy se liman las uñas,
mandan mensajitos de texto
o le dan charla
al de seguridad
cuando no tienen que cobrar.

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